“Tus caminos… los únicos que quiero recorrer” (22 de febrero de 1957 – 1° de marzo de 1985).

Cecilia-Perrin-192x202Ahora que se van quiero darles algo de lo que estoy viviendo -comenzaba Cecilia una carta a sus alumnos hacia fines de 1984-. Muchas veces hemos hablado de que Dios es Amor. Ahora les puedo decir que es la experiencia más profunda que vivo. La situación es difícil, pero no saben lo que es abandonarse a El y decirle Vos actuá. Esta es tú voluntad, manifestate como Tú lo quieras. El cubre todo, todo. Su amor se hace sentir, pero sentir de veras. Es como que el corazón estalla.

Parece una locura porque no se puede entender: Sufrir el dolor físico y experimentar que más allá de ese gran dolor te invade una felicidad que no se te va.

Yo siento que en el dolor uno se desprende de todo y se queda con lo íntimo de uno mismo y en esta intimidad está Dios y El es Amor. Entonces, si lo descubres y lo aceptas, El te invade, te toma.

Saben que el cáncer es una enfermedad mortal, Yo les puedo asegurar que para mí es algo que me da la vida, que me hizo ver, cómo es espléndido vivirla como Dios la va mostrando. Vieron cómo es Jesús, se sirve de caminos tan raros para llegar a uno…

María Cecilia Perrín nació en Punta Alta (Provincia de Buenos Aires – Argentina) el 22 de febrero de 1957, hija de Angelita y Manolo Perrín. Fue bautizada en la parroquia de María Auxiliadora, el 27 de febrero de 1957, siendo la tercera de cinco hermanos: María Inés y Jorge, los mayores; Eduardo y Teresa, los menores.

El ámbito familiar en el cual se desenvuelve la vida de la joven Cecilia es de profundas raíces católicas. Familia abierta al Espíritu Santo, caló muy profundo en el seno de ésta, la espiritualidad de Chiara Lubich. Fueron una de las primeras familias que adhirieron al Movimiento de los Focolares en Punta Alta y Cecilia una de las primeras gen..

El 20 de mayo de 1983, luego de dos años de noviazgo, Cecilia contrajo matrimonio con Luis Buide. En febrero de 1984, estando embarazada, se le diagnosticó cáncer. Tomó la firme decisión de aceptar la voluntad de Dios y se apoyó en cuatro pilares: su profunda Fe, su amor a “Jesús Abandonado”, el afecto de su esposo, familiares y amigos y la fuerza de la unidad con quienes compartía su ideal de vida.

El diagnóstico era irreversible. No obstante, había una gran alegría por la ilusión de la nueva vida que llegaría. Los médicos consideran realizar un “Aborto Terapéutico” para poder salvar la vida de Cecilia. Ella, se niega rotundamente a ello por su férrea convicción cristiana y sabiendo que era imposible su supervivencia luego de dar a luz; pronuncia su “Fiat” con serenidad y claridad al Señor. Ella escribe: “… Hoy le pude decir a Jesús que sí. Que creo en su amor más allá de todo y que todo es Amor de Él. Que me entrego a Él”. El 1 de marzo de 1985, María Cecilia Perrín de Buide falleció a la edad de 28 años.

Sus restos mortales descansan en la Mariápolis Lia en O´Higgins (Buenos Aires), por expreso pedido de ella, para que aquellos que la fueran a ver, encontraran un lugar de alegría y esperanza y no de muerte y desolación.

Su fama de santidad, su heroicidad en la entrega, su ejemplo de vida cristiana y muchas gracias que fueron escuchadas y concedidas, han hecho que se comience su causa de beatificación. El proceso diocesano se encuentra en una etapa avanzada. También para su padre, “Monolo” Perrín, fallecido algunos años después, se ha iniciado el proceso de beatificación.

Sobre su tumba se lee una frase de ella dirigida a Jesús:“Tus caminos son una locura, rompen mi humanidad, pero son los únicos que quiero recorrer”.