Sí a la vida, por la Vida

 
La conmemoración por los 30 años del fallecimiento de Cecilia Perrín de Buide fue marcada por el fuerte testimonio de toda su vida.
 La conmemoración por los 30 años del fallecimiento de Cecilia Perrín de Buide fue marcada por el fuerte testimonio de toda su vida.
El 8 de marzo en la Mariápolis Lia, se conmemoraron los 30 años del fallecimiento de la Sierva de Dios Cecilia Perrín de Buide.
Durante la recordación, que llevó por lema “Sí a la vida, por la vida”, se escucharon testimonios y se leyeron escritos que subrayan la permanente elección por la vida de Cecilia y que el episodio final fue la consecuencia lógica de un compromiso coherente: optar por favorecer la vida del bebé que estaba gestando antes de proceder con tratamientos oncológicos fuertes.
Participaron el arzobispo de Bahía Blanca, monseñor Guillermo Garlatti, quien presidió la misa concelebrada por otros sacerdotes, entre ellos el padre Marino Giampetruzzi, juez del tribunal que tuvo a su cargo dictaminar sobre la fama de santidad en el proceso de beatificación de Perrín.
Numerosos obispos enviaron mensajes de adhesión, además del licenciado Ignacio Crotto, secretario de Turismo bonaerense, ya que Cecilia forma parte de la iniciativa “Caminos de santidad de la Provincia de Buenos Aires”.
Luego de leer los mensajes, se recordaron textos sobre la santidad, escritos por el papa Francisco y por Chiara Lubich, fundadora del Movimiento de los Focolares, al que pertenecía Cecilia desde muy jovencita.
Asimismo, se proyectó un video breve sobre su vida, el testimonio conmovedor de su familia: mamá, esposo, hija, hermanos.
Por la tarde, en el cementerio donde descansan los restos de Cecilia, al lado de su padre Manolo, también siervo de Dios, se hizo una bendición y se leyó la oración en la que se piden gracias por su intercesión.
Finalmente en la antigua capilla de la Mariápolis, se escucharon trozos de las cartas y poesías que Cecilia escribió en su último período de enfermedad, cuando ya no podía hablar a causa de una operación para aliviarle el dolor.
En la tumba de Cecilia, se lee parte de uno de sus escritos “Tus caminos son una locura, rompen mi humanidad pero son los únicos que quiero recorrer”.